Cuando en la sesión de la Comisión de Asuntos Económicos una diputada pidió al viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil, que al exponer en el seno de la Asamblea Nacional del Poder Popular los estimados económicos del 2022, y los objetivos y metas para el 2023, abundara en por qué se preveía que el venidero año sería mejor, lo hacía conociendo cuánta esperanza, tranquilidad e impacto ello ocasionaría en el pueblo.
“Ante una crisis severa, no solo nuestra, sino del mundo, más un bloqueo recrudecido con una cantidad de sanciones que no se aplican a ningún otro país”, como afirmara el presidente Miguel Díaz-Canel, lo cual ha tenido su expresión en apagones, en una desmedida inflación, en la escasez de alimentos y medicamentos y en serios problemas con el transporte, entre otras calamidades, no dudo que a muchos compatriotas se les dificulte entender que en el 2022 hubo una ligera recuperación sustentada en un 2 % de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
Recordemos que en 2020 el PIB sufrió una caída de casi 11% y al año siguiente logró salir del hueco al situarse en 1.3%, lo cual significa que ahora no se alcanzaron los niveles proyectados pero tampoco retrocedimos.
“A veces no nos damos cuenta de todo lo que hemos superado”, dijo el mandatario a los diputados de la mencionada comisión en alusión, por ejemplo, a la batalla que libraron nuestros científicos y médicos contra la COVID-19.
ALGUNAS MEDIDAS NO LOGRARON EL IMPACTO NECESARIO
También
debe tenerse en cuenta que el tema económico es el más complejo y del
que la población espera prontas respuestas, tal cual reconoció el propio
Díaz-Canel cuando días antes intervino en el V Pleno de Comité Central
del Partido.
Bien tensa ha sido la situación que ha atravesado el sector electroenergético durante estos años (desde junio de 2021), bajo el recrudecimiento del bloqueo estadounidense, el déficit de combustible, la disminución de potencia tras varios accidentes en plantas generadoras y las afectaciones provocadas por el huracán Ian, que obligaron a recurrir a los molestos apagones, bien prolongados en la mayoría de los territorios.
De acuerdo con el informe presentado tanto en la reunión partidista como en el décimo periodo ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su IX Legislatura, Alejandro Gil destacó que si bien la actividad productiva se afectó por esa causa, la reanimación de los servicios, en especial los sociales, marcó la tendencia a la recuperación.
LA ESCASEZ DE DIVISAS Y SU IMPACTO EN LA ENERGÍA Y LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS
Por otra parte, de una meta de 2,5 millones de turistas se espera cerrar el año con 1,7 millones, pues los arribos dependen del comportamiento de los mercados internacionales, en lo cual ha incidido el conflicto en Europa.
Y eso gravita en la captación de la necesaria divisa que tampoco pudo alcanzarse mediante las exportaciones, el elemento principal que ha impedido que la economía cubana avance con mayor celeridad y dinamismo, o que sectores como la agricultura puedan transformarse cuanto antes, de acuerdo con el titular de Economía y Planificación.
El presidente cubano subrayó ante el Parlamento la urgencia de encontrar los caminos que conduzcan al país, en el menor tiempo posible, a ser menos dependiente de las importaciones en el desarrollo de producciones nacionales, teniendo en cuenta la lógica de asfixia económica que aplica el Gobierno estadounidense a Cuba, que dificulta desde hace años el acceso a fuentes de financiamiento.
“Esta situación nos está golpeando fundamentalmente en los sectores energético y alimentario”, dijo y destacó la estrategia trazada por el Ministerio de Energía y Minas, que tiene como centro las fuentes renovables de energía y una menor utilización de hidrocarburos, lo cual se revierte en menos gasto de divisas y en una mayor estabilidad del sistema energético nacional.
“Lo mismo debe lograrse en la producción de alimentos y la agroindustria. Existen múltiples ejemplos de cómo se está desarrollando una cultura agroecológica por un grupo no despreciable de productores agropecuarios cubanos. Debemos generalizar todas esas buenas experiencias, aplicándolas a las condiciones de cada territorio”, señaló.
“Si nosotros resolvemos el problema energético y el de alimentos, estaríamos quitando más de la mitad del gasto en divisas que necesitamos para importar en el país. Tenemos que gastar más de 2 mil millones para importar combustible y más de 2 mil millones en alimentos”, apuntó Díaz-Canel.
En la exportación de bienes se han recuperado en el 2022 los niveles de actividad pre-pandemia en renglones como níquel, tabaco, ron, miel y productos del mar. Son 816 millones de dólares más de ingresos, pero lejos aún de los resultados de 2019.
LA INFLACIÓN, UN MAL QUE REQUIERE ENFRENTAR SUS CAUSAS
Sobre la inflación, uno de los problemas con que choca a diario el pueblo, el viceprimer ministro Alejandro Gil precisó que de enero a octubre de 2022 el precio promedio de la cesta de bienes y servicios calculada por la Oficina Nacional de Estadística e Información creció casi un 29%, y al comparar la de octubre de 2021 con igual mes del actual año aumentó casi un 40%.
Ello ha impactado en que actualmente más de un millón de trabajadores no superan los 5 mil pesos de salario medio. Los jubilados no logran satisfacer sus necesidades básicas, incluida la adquisición de productos de primera necesidad como los destinados a la alimentación, alertó en la reunión del Parlamento Ulises Guilarte de Nacimiento, miembro del Buró Político y secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba.
Pero al decir del ministro de Economía y Planificación la inflación es un efecto de la falta de disponibilidad de divisas, la disminución de los planes de producción, del déficit de ofertas y de indisciplinas asociadas al desvío de recursos, la especulación, la reventa y el enriquecimiento ilícito. Además, hay una inflación importada, por los precios en el mercado mundial.
En el sector del transporte no hace falta abundar en su compleja situación, sino solo subrayar que para el 2022 se estimó alcanzar los mil 733 millones de pasajeros transportados, un 17% inferior a lo logrado antes de la pandemia; y no obstante, el plan solo se ha cumplido al 59% con mil 500 millones, según Eduardo Rodríguez, ministro del ramo.
Entre
las causas de marcado descenso de tan vital servicio figuran el estado
del coeficiente de disponibilidad técnica y las limitaciones de
combustible.
Por
otra parte, al cierre del actual año nada más pudieron terminarse 21
mil 229 viviendas, el 58% del plan, fundamentalmente por falta de
materiales y la mano de obra y solo el Municipio Especial de la Isla de
la Juventud logró cumplir, en tanto hay atrasos en todas las provincias,
particularmente en Guantánamo, Mayabeque, Camagüey, Las Tunas y Granma,
según Vivian Rodríguez, directora general de la Vivienda.
CONCENTRAR LOS ESFUERZOS EN LA ESTABILIZACIÓN MACROECONÓMICA
Ante la pregunta de más de un diputado de cómo vamos a salir de estos y otros problemas y si para el venidero año habría cierta mejoría, el Primer Secretario del Comité Central del Partido destacó la capacidad creativa del pueblo, demostrada en el peor momento de la pandemia.
“Sí, hay arreglos y salidas. Pero lo primero es reconocer las realidades de la economía y sus contradicciones, las causas de los problemas, y enfrentar esta situación con valentía”, aseguró Díaz-Canel para más adelante ser bien categórico: “lo que sí no podemos es quedarnos detenidos, ni dejar que la burocracia nos aplaste”.
En tal sentido el también Presidente cubano llamó a concentrar los esfuerzos en lograr un plan de estabilización macroeconómica, además de fortalecer el desarrollo local y el aprovechamiento de las facultades otorgadas al sistema empresarial, con el objetivo de incrementar las producciones que dependan más de recursos nacionales.
Desarrollar la economía circular, promover la innovación y reestructurar el sistema empresarial son otras tareas imprescindibles.
Un ejemplo de las contradicciones que urge atender o resolver, según expuso Díaz-Canel ante los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, es que se hayan aprobado leyes de soberanía alimentaria, de pesca y de fomento y desarrollo ganadero, cuando esos sectores reportan cifras insuficientes en sus producciones.
Entonces exigió lograr que estas normativas no se estén expresando en cifras de multas, ni de restricciones, sino que propicien que en la mesa de los cubanos haya más alimentos y no tengamos que depender de importaciones.
En
fin, se va un 2022 bien duro y de angustias mayores, pero hay optimismo
de que tendremos un 2023 como diría el viceprimer ministro y titular de
Economía y Planificación “con luces, alternativas y soluciones”.
*Tomado de Cubahora.